Phoebe estaba a punto de vivir una auténtica pesadilla: la boda de su ex prometido. Cuando había decidido acudir sola y fingiendo que su vida era perfecta, su mejor amiga le propuso una idea genial: podía contratar a su nuevo compañero de piso, Gib, para que se hiciera pasar por su novio.
Parecía el plan perfecto... hasta que Phoebe y Gib se conocieron. Con la idea de demostrar que podía ser sólo amigo de una mujer, Gib se dio cuenta de que iba a tener que poner a prueba su autocontrol; mientras, Phoebe se esforzaba en recordar que sólo estaban fingiendo estar enamorados. Parecía que iba a ser una boda de las que no se olvidan...