Una vez Mulá Nasrudin cabalgaba sobre su asno a toda prisa hacia alguna parte. Pasó por un mercado y la gente le preguntó: Nasrudin, ¿Dónde vas tan rápido?
Él les dijo: Preguntad al asno. He aprendido que es inútil luchar. Cuando quiero ir a algún lugar, él se resiste. Pero es un asno y puedo perdonarlo; soy un hombre comprensivo. Si él es incapaz de ir donde yo voy, yo sí puedo ir donde él va. Así que preguntad al asno. Es lo que todos los sabios han dicho: Pregunta al asno. Y deja que el asno vaya donde quiera; tú simplemente síguele. Tu cuerpo es el asno, el caballo. Pregunta al cuerpo, fluye con él... y llegarás. No luches con el cuerpo. El cuerpo es sólo un símbolo: el mundo es tu cuerpo. No luches contra él. Fluye. Fluye con el río. Ni siquiera nades porque eso también es luchar sutilmente. Sólo fluye con el río. Cuando luchas surgen los problemas, aparecen las enfermedades, vienen las neurosis y surgen en ti toda clase de angustias.
Las enseñanzas de Osho desafían toda clasificación y lo abarcan todo, desde la búsqueda individual de sentido hasta los más urgentes temas sociales y políticos de la sociedad actual. Sus libros no han sido escritos, sino transcritos a partir de grabaciones de audio y vídeo de las charlas improvisadas que ha dado a una audiencia internacional. Como él mismo dice: «Recuerda: todo lo que digo no es solo para ti..., hablo también a las generaciones del futuro».
El Sunday Times de Londres ha descrito a Osho como uno de los «mil artífices del siglo XX», y el autor norteamericano Tom Robbins le ha calificado como «el hombre más peligroso desde Jesucristo». Acerca de su propia obra, Osho ha dicho que está ayudando a crear las condiciones para el nacimiento de un nuevo tipo de ser humano.
Suele tipificar a este nuevo ser humano como «Zorba el Buda», capaz de disfrutar tanto de los placeres terrenales como un Zorba el griego como de la silenciosa serenidad de un Gautama el Buda. Discurriendo como un hilo conductor, a lo largo de la obra de Osho hay una visión que abarca la sabiduría eterna de Oriente y el potencial más elevado de la ciencia y tecnología occidentales.
Osho también es famoso por su revolucionaria contribución a la ciencia de la transformación interior, con un enfoque de la meditación que tiene en cuenta el ritmo acelerado de la vida contemporánea. Sus incomparables Meditaciones Activas están diseñadas para, en primer lugar, liberar las tensiones acumuladas en cuerpo y mente, de manera que resulte más fácil experimentar el estado relajado y libre de pensamientos de la meditación.
Sobre el autor existe una obra autobiográfica disponible: Autobiografía de un místico espiritualmente incorrecto (Kairós, 2001).