Francisco comienza denunciando cómo los intereses colonizadores han perjudicado tanto al medio ambiente como a las personas, explotando sus recursos y degradando su dignidad. El "sueño social" aspira a dar fin a las injusticias y la explotación, el "sueño cultural" ambiciona que se respeten las raíces y sabiduría amazónicas al mismo tiempo que se potencia su desarrollo. El "sueño ecológico", basado en la contemplación de la belleza de la creación, nos exhorta al cuidado del medioambiente y al rechazo del consumismo que proviene de Occidente.
El "sueño eclesial" constituye el núcleo del documento. La inculturación de la fe, la atención pastoral de los indígenas y la celebración de los sacramentos, cuyo centro es la Eucaristía, son los principios temas tratados. El papa destaca el protagonismo de los laicos, en especial de las mujeres, y de las religiosas y los diáconos permanentes. Por último, hace referencia al ecumenismo y al diálogo interreligioso, poniendo todo en manos de María, Madre de la Amazonia.