La acción de Petersburgo transcurre durante el último día de septiembre y varios días grises de octubre de 1905, entre mítines, huelgas, manifestaciones y proclamas obreras. Con el trasfondo de la primera revolución rusa, Biely escribió un relato maestro que, articulado en torno a temas como el zarismo caduco, el terrorismo y el conflicto padre-hijo, tiene a la ciudad de San Petersburgo como gran protagonista.