Son muĖltiples los motivos que pueden llevar a un colectivo de ciclistas a buscar y hacerse con un manual de entrenamiento. Pero todos tienen un fin en comuĖn: mejorar su rendimiento.
Aunque muchas veces entre unos y otros nos pongamos a bajar de un burro, que si no me has esperado cuando he pinchado, porqueĖ tiras si sabes que hoy me voy a quedar, a ver si se atraganta ese con la barrita, a ver si aprendes a dar relevos, etc., etc., en definitiva todos tenemos una pasioĖn, algunas veces ciega, por todo aquello que esteĖ relacionado con una bicicleta. No hace mucho me reiĖa cuando saliĖ a rodar con un amigo y me contaba una situacioĖn que habiĖa tenido en la noche anterior con su mujer y que definiĖa a la perfeccioĖn queĖ nos diferencia al resto de indivi- duos:
Se encontraban en el saloĖn de su casa viendo una serie de televisioĖn que siguen desde hace tiempo. En un momento dado y ante una escena un tanto toĖrrida, su mujer hizo un comentario:
â ÂĄJo! En aquellos tiempos los hombres soĖlo pensabais en comer, beber, luchar y fornicar.
EĖl, se la quedoĖ mirando con una leve sonrisa y anĖadioĖ: â Eso es porque todaviĖa no habiĖa bicicletas...
He aquiĖ el verdadero espiĖritu ciclista en el que ante cualquier situacioĖn, aunque sea de lo maĖs inverosiĖmil, siempre sabe extraer una lectura distin- ta sobre el resto de los mortales. Tenemos sello de identidad propia.
Todos pasamos por varias fases. Bueno, no todos. Salvo aquellos que dan pedales desde su maĖs tierna infancia y que cuando nosotros vamos, ellos ya vuelven. Duermen a pierna suelta la noche anterior a una prueba, cuando en tu caso parece que estaĖs sincronizado con las senĖales horarias porque no te pierdes ninguna. Ellos salen relajados con la tiĖpica tensioĖn del momento, cuando tuĖ ya sales cansado porque durante tu insomnio has repasado el recorrido una docena de veces. Si antes de la salida, ellos sienten ese cosquilleo de mariposas en el estoĖmago, lo tuyo deben ser ele-
fantes por el nudo que se te ha puesto.En definitiva, ellos siguen querien- do pero ya no estaĖn enamorados como es tu caso.
[...]Â