Primer amor (1860) es uno de los mejores ejemplos de su capacidad para retratar como pocos los movimientos y pasiones del alma humana. Pocos lectores, en efecto, podrán dejar de reconocer en mayor o menor medida un territorio ya visitado al leer el relato en primera persona del violento enamoramiento del que cae presa el adolescente Vladimir Petrovich por la joven princesa Zenaida Alexandrovna y de los incesantes, cambiantes y contradictorios sentimientos que experimenta –amor, vergüenza, ensueños, desconcierto, ilusión, desaliento, hastío, celos, dudas…– dentro del marco de una historia casi vulgar cuyo intenso e inexorable final abre las puertas de la edad adulta.
Beletrystyka i literatura