Descubrir que era padre de una niña recién nacida cuya madre había muerto a los pocos días de darle la vida había puesto patas arriba el mundo de Liam Hawke. Había sido una suerte dar con una niñera como Jenna Peters, que se había ganado a la pequeña desde el primer momento. De hecho, él mismo había caído pronto prisionero de sus encantos.
Jenna se esforzaba por mantener las distancias, pero estaba enamorándose de Liam. Y cuando este descubriese que era una princesa, tendría que despedirse del sueño de la familia que habrían podido formar. ¡A menos que él le hiciese una proposición que no pudiese rechazar!