Se había casado con ella, se había acostado con ella y Maeve le había dado un heredero... y eso era todo lo que quería. Hasta que Maeve sufre un terrible accidente en el que pierde la memoria y no recuerda ni a su marido ni a su hijo.
Tal vez la mente de Maeve no recuerde a su marido, pero su cuerpo sí lo recuerda... y cada vez que la toca, la hace temblar. ¿De verdad que aquel hombre increíblemente guapo es su marido?
Dario decide entonces seducir a su esposa para recordarle lo felices que eran juntos...