Eso significaba que debía ignorar la atracción que sentía por su vecino, una atracción que había comenzado con un encuentro casual hacía ya cinco años.
Joshua Harrington se había divorciado de una mujer que había antepuesto su carrera a la familia, y no pensaba volver a cometer el mismo error. Había decidido dedicarse por completo a sus hijos, unos preciosos gemelos de cuatro años, en lugar de perseguir a la mujer de al lado, una mujer que le traía unos recuerdos tentadores.
Era como si los dos estuvieran destinados a echar a perder la última oportunidad de ser felices. Hasta que dos niños adorables decidieron que su padre debía conocer a Clemency mucho mejor.