Hay un primer encuentro. Y llegará el último. Y, entre ambos, todos tenemos otros muchos. Agunos incluso determinan un cambio de rumbo en la vida. Pero solo uno puede convertirla en plena y perdurable. Ahora puedes deleitarte aprendiendo de los encuentros de unos hombres y mujeres que tuvieron el decisivo, el que tú personalmente puedes y debes experimentar. La última página del Evangelio seguirá sin terminar mientras le falte tu encuentro.