Seis años después, Paige no había vuelto a sentir lo mismo por nadie y seguía siendo virgen. Entonces la herencia de su amiga volvió a reunirlos y volvieron a verse atrapados por una atracción más fuerte que su propia voluntad. Sin embargo, Paige jamás se entregaría a un hombre que sólo deseara sexo... por muy fuerte que fuera la tentación...