—Bueno…
Me lo dice poco convencida. Entonces trato de llevármela al huerto con las historias que más gracia le hacen y exagerando alguna que otra cosa que me ha pasado.
—¿Tengo que poner todo eso? No sé si me acordaré…
—A ver qué pones y cuánto espacio te dan.
—¿Y por qué, mientras nos morimos, no escribimos un libro?
Esta es una novela escrita a cuatro manos por dos periodistas y no obstante amigas, Rosa Belmonte y Emilia Landaluce, Emilia y Rosa. Dos mujeres que por el azar de la vida se encontraron en el periodismo sin haber estudiado ninguna para acabar en semejante oficio. En estas divertidísimas páginas, basadas en hechos irreales, desgranan vivencias desde la infancia a la madurez, en hilarantes episodios en los que cualquier parecido con la realidad tal vez no sea pura coincidencia.
Rosa Belmonte, nacida en Murcia, ha visto demasiado la tele, no se toma nada en serio y menos a sí misma. Está escribiendo de ella en tercera persona para esta minibio y se está muriendo de risa. Abogada primero (incluso de violadores), ha conseguido ganarse la vida escribiendo en los periódicos. En ABC y en los regionales de Vocento. Sobre cualquier cosa. Pero lo que más hace son columnas. A veces varias al día. Como si apretara tornillos. Los que le faltan a ella. Tampoco se le da muy bien hablar, no obstante tiene el cuajo de colaborar en varios programas de radio. Hablando de política, de cultura, de Hitler o de Paqui la Coles. Si no sabes quién es, vamos mal.
Emilia Landaluce es columnista y periodista de la sección de nacional de El Mundo y actualmente dirige el suplemento LOC. Ha sido negra de Francis Franco y escribió una exitosa biografía novelada sobre el duque de Alba (Jacobo Alba). Nada lo ha hecho en serio y todas las experiencias han sido enriquecedoras en lo moral que no en lo económico. Esta es su primera incursión en el relato corto y en la escritura a cuatro manos.