Y, de repente, se presentó el enigmático Dominic Rossi en la puerta de su casa con la noticia de que su abuelo, al que nunca había conocido, estaba en coma y ella iba a heredar la mitad de una finca de manzanos llamada Bella Vista. El resto le sería legado a Isabel Johansen, una medio hermana que ni siquiera sabía que tenía.
Frente al fértil paisaje de Bella Vista, con Isabel y Dominic a su lado, Tess comenzó a descubrir un mundo en el que la familia era lo primero y las raíces de la propia historia se hundían muy profundamente.
Es una historia dulce y colorista en la que hay varias pequeñas tramas, todas relacionadas con los protagonistas o con Bella Vista, pero el romance de Tess y Dominic siempre es la que predomina.
Cazadoras del romance