La ficción no deja secuelas psicológicas; sí las sufren quienes se han acercado demasiado a los mal llamados juegos espiritistas...
Este libro lo forman historias como estas, que han sido ficcionadas para hacer más digerible el siempre apetecible trago del miedo. Pero, como su autor nos explica, a veces los tragos también pueden ser amargos. Por eso al final de cada capítulo ha incluido las historias reales en las que ha basado sus relatos.
Un buen puñado de sucesos paranormales, desapariciones misteriosas, atmósferas cargadas, crímenes rituales, lugares malditos y experiencias personales vividas por su autor, un veterano periodista en la búsqueda de misterios, hacen de este un trabajo aterrador y entretenido, pero también fundamental para entender qué mecanismos hacen que en ocasiones despierte la oscuridad que anida en el interior de cada ser humano.