El secuestro no entraba en los planes de Jordan Bishop, sobre todo si formaba parte del ardid ideado por su padre para emparejarla con Jonathan Prince Patterson, el héroe alto, guapo y engañoso. ¿Qué clase de hombre necesitaría secuestrar a una mujer? Pero Jordan sabía cómo vengarse; fingiría amnesia y así lo obligaría a confesar. Con lo que no había contado era con la seductora sonrisa de su secuestrador, que parecía suplicarla que se rindiera a sus pies. Sin embargo, eso significaría desnudar su corazón y confesar sus propios engaños...