Cuando el millonario Finn Helliar entró en la agencia de niñeras, Caro no pudo creer que tuviera tanta suerte. Allí estaba el hombre que había hecho sufrir a su hermana y su oportunidad de vengarse de él. ¿Y qué mejor modo que aceptar el puesto que le ofrecía? Lo tenía todo bien planeado: cuando viviera con Finn, lo seduciría y, luego, lo abandonaría como había hecho él con su hermana. Desgraciadamente, había pasado por alto dos cosas: a Sophie, la adorable hija de su enemigo, y al propio Finn. Cuanto más tiempo pasaba con ellos, más cuenta se daba de que su plan tenía un fallo: ella no quería dejar a ninguno de los dos.