En la mansión de Richard, Molly podría vivir las Navidades que había deseado desde que perdió a su familia. Quería mucho al niño, pero su guapísimo tío era demasiado peligroso.
Molly consiguió resistir la tentación de vivir bajo el mismo techo que Richard... hasta que cometió el error de encontrarse con él bajo el muérdago.