El futuro de Silver dependía de los caballos y de su habilidad para ganar. No estaba dispuesta a dejar que nada se interpusiera en su camino, y mucho menos la arrogancia del nuevo capataz, que era demasiado sexy para hacerle frente. También podría dejarse llevar por la tentación una sola vez y después centrarse en su futuro. Lástima que una sola vez no fuese suficiente...