Aunque han pasado nueve años desde que el matrimonio de Finn Murphy terminó, su atracción por la marchante de arte Beah Jenkinson nunca habÃa disminuido. Cuando las obligaciones laborales los juntaron en un hotel londinense, Finn esperaba que una aventura casual satisficiese sus anhelos.
Sin embargo, lo que comenzó como una simple chispa en Londres, pronto se convertirÃa en una llama incontrolable cuando ambos fueron a Boston con el fin de organizar la boda de sus mejores amigos.