Cuando Maura O'Sullivan aceptó el trabajo que Spencer Diamond le había ofrecido, sabía que era arriesgado estar tan cerca de aquel atractivo ranchero. Pero tenía otro objetivo: estar cerca de su padre, al que no conocía y que vivía en el rancho vecino. Para ello estaba dispuesta a cualquier cosa, incluso a pasar largos días en compañía de Spencer, un deslumbrante hombre de ojos azules y suaves labios.
Cuando vio a su padre cara a cara, casi se olvidó de todo lo demás. Pero era imposible olvidar los cálidos brazos de Spencer y sus dulces besos, y entonces se dio cuenta de lo mucho que necesitaba a esos dos hombres en su vida.