La inquietante personalidad de Arthur Rimbaud ya entró desde hace tiempo en la categoría de los mitos. Su figura adolescente se vuelca desde el fondo de los tiempos contra nosotros, injurándonos, crispado por la cólera que se revuelve en su espíritu, ofreciéndonos una imagen única de lo que el autor comprende como literatura. Rimbaud canta, en esta obra indispensable de la literatura francesa, su odio a la civilización europea, mercantil, clerical y militar.