Viajero empedernido, en 2004 Ayestaran no dudó en regresar a Bam poco después de su primera visita para cubrir el terremoto que arrasó la ciudad iraní. Pero fue su bautismo de fuego, en la guerra del Líbano de 2006, el que le metió de lleno en la rueda del periodismo de conflictos, que le ha llevado a viajar a Georgia, Irak, Afganistán, Pakistán, Egipto, Túnez, Jordania, Libia, Israel o los territorios palestinos. También, cómo no, a Siria. Tratar de entender y contar lo que allí ocurre se ha convertido en la forma de vida de este periodista desde que llegó a Oriente Medio hace ya una década. Es el propósito que persigue este libro, hecho de pedazos imprescindibles de una vida guiada por la brújula de la actualidad, a través de una región que se desangra como una enorme herida abierta.