Benedict del Castillo se había hospedado en el complejo Parker para escapar de los medios de comunicación y recuperarse de una lesión. No esperaba encontrarse con la chica con la que había pasado una noche de pasión y a la que no había olvidado. Tampoco esperaba retomar la historia donde la habían dejado. Hasta que vio al niño que llamaba a Mia "mamá".