Serena James no había olvidado al hombre que le había partido el corazón, y tampoco había olvidado la furia que había en sus ojos cuando se separaron. Pero su aventura veraniega tuvo consecuencias imprevistas y, tres meses después, se vio obligada a volver a la isla de Santorini.
Nikos Petrakis estaba a punto de cerrar un acuerdo que aumentaría su fortuna y lo convertiría en un hombre aún más poderoso. No quería distracciones y, mucho menos, si se presentaban en forma de una pelirroja impresionante cuyas curvas pedían a gritos que las acariciaran. Pero esa pelirroja le iba a dar un heredero...