Esta obra es una serie de reflexiones sobre las Memorias del subsuelo, de Dostoievsky, y en ella se muestra la incuestionable ecuación 2 + 2 = 4, que simboliza el plan del ego para mantenernos atados a sus leyes. Cuando alborea la esperanza y comprobamos la esterilidad de las leyes del mundo, empezamos a darnos cuenta que 2 + 2 = 5, y aceptamos que no nos «gobiernan otras leyes que las de Dios», como enseña la lección 76. Esto nos lleva a deshacer el error fundamental de creer que 1 + 1 = 2, que afirma la realidad de la separación y representa nuestra defensa contra la única ecuación verdadera: 1 + 1 = 1. Es este proceso de curación mental el que nos conduce a aceptar el amor de Jesús como guía para vivir en el mundo, sin permitir que nada afecte nuestra paz interior. Admito que eso de «dos y dos son cuatro» es una cosa excelente; pero puesto a alabar, les diré que «dos y dos son cinco» es también, a veces, algo encantador. (Memorias del subsuelo)