Pippa Jenson era una abogada despampanante, inteligente y triunfadora que quería que los hombres vieran más allá de su físico. Pero su nuevo cliente, el melancólico y sensato agente de Bolsa Roscoe Havering, parecía más interesado en emparejarla con su hermano que en seducirla él mismo. Qué curioso... Para Roscoe cada vez era más difícil contener sus sentimientos por Pippa. Era una mujer llena de contradicciones: frívola y seria al mismo tiempo, superficial y profunda. No sabía si besarla hasta hacerle perder el sentido o proponerle algo más permanente.