Marnie Porter estaba deseando escapar del lujoso spa griego en el que estaba trabajando para ayudar a su hermana. Y cabía la posibilidad de que hubiera encontrado la diversión perfecta en un hombre devastadoramente atractivo, Leonidas Kanonidou. Pero no sabía que Leonidas era un empresario más que rico.
En cuanto al desconfiado Leon, estaba convencido de que debía mantener las distancias con la inocente Marnie; pero, al descubrir que su cenicienta necesitaba ayuda financiera, le hizo una propuesta, una que tendría beneficios para los dos, y que incluía explorar la pasión desenfrenada de Marnie, que amenazaba con destrozar sus barreras.