Un obstáculo de magnitud significativa para lograr este grado de conexión es la tendencia a priorizar el hablar sobre la escucha activa. En contextos profesionales, a veces es común priorizar la planificación de nuestras propias respuestas en lugar de comprender verdaderamente los pensamientos e ideas que transmite la otra persona. Esta inclinación no sólo obstruye el desarrollo fluido de un diálogo significativo, sino que también obstaculiza nuestra capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás.
Ahora imagina una situación en la que el acto de escuchar se convierte en una poderosa herramienta para establecer conexiones. Imagínese en un entorno profesional, concretamente en una reunión, en la que uno de sus colegas informa sobre un encuentro personal difícil y relacionado con el tema en cuestión.
En lugar de brindar soluciones rápidamente o regresar a las discusiones comerciales, ¿qué pasaría si reconociera su reunión? Una respuesta sencilla y compasiva como: "Esta parece una situación extremadamente difícil". Expresar admiración por los logros que ha logrado en el pasado puede fortalecer su vínculo al demostrar que sus esfuerzos han sido reconocidos y apreciados.
Sin embargo, el acto de escuchar va más allá de la simple comprensión de las palabras. Implica interpretar las emociones implícitas y los tonos sutiles presentes en un argumento. Por ejemplo, cuando el tono de alguien indica disgusto, reconocer y abordar esa emoción puede tener un efecto mayor que simplemente centrarse en el contenido fáctico de sus declaraciones. Una respuesta del tipo: "Detecto cierto nivel de exasperación". Participar en debates más profundos sobre las causas subyacentes puede fomentar un mayor sentido de autoconciencia y establecer una base más sólida de confianza.
Superar las interrupciones comunes es un paso adicional crucial para practicar la escucha empática. En la era actual de la tecnología digital, diversas interrupciones, como correos electrónicos, chats instantáneos y notificaciones de redes sociales, tienen el potencial de dividir nuestra atención. Para escuchar genuinamente, es esencial eliminar estas perturbaciones. Durante una reunión de negocios, el acto de apagar su teléfono o computadora portátil puede servir como una indicación clara para los demás de que está completamente involucrado y comprometido con la discusión en curso. Participar en esta acción sencilla no solo aumenta su concentración, sino que también demuestra reverencia hacia el hablante, fortaleciendo así un sentimiento de confianza y armonía.