Ella tenÃa la norma de no mezclar los negocios con el placer... pero habÃa normas que habÃa que romper... Aceptar un cliente como Fox Lockwood era buscarse problemas, pero Phoebe Schneider utilizaba su talento como masajista para curar a quien la necesitaba. Fox no tardarÃa en hacerle considerar la idea de cruzar una lÃnea a la que jamás se habÃa atrevido a acercarse siquiera. Cuanto más tiempo pasaba Fox con Phoebe, más vivo se sentÃa, pero habÃa algo que impedÃa que Phoebe permitiera que la relación fuese más allá del deseo y él iba a descubrir el misterio.