A través de esta breve selección de su intensa, atractiva y sugerente actividad de investigación llevada a cabo durante los últimos años, vemos cómo el profesor Roger Chartier ha transformado en fuente de conocimiento histórico los discursos del pasado, que hemos recibido en herencia, evaluando el entramado social y cultural en el que surgieron, así como las modalidades de recepción y uso a las que se vieron sometidos a lo largo del tiempo. La intervención de editores e impresores transformó los textos en objetos tangibles, haciendo posible el encuentro y el diálogo entre el autor y el lector, y, ahora, entre pasado y presente. La lección del pasado, como la de la Historia, en palabras de Chartier, debe “procurar a los ciudadanos de hoy en día los instrumentos críticos que permiten rechazar las falsificaciones y establecer los conocimientos sin los cuales no hay democracia”.