Todos tenemos fe en algo y en alguien. Todos creemos, estamos convencidos de algo. ¿En qué y en quién crees? Esta es una pregunta importante ya que tu vida se define por aquello en lo que depositas tu confianza.
Vivir por fe, contrario a lo que algunos creen, es cuestión de mentes superiores con criterio para hablar y actuar conforme a lo que realmente es certero, la Palabra de Dios. Creer es parte de nuestra esencia, es una destreza, un obsequio que debemos aprovechar porque para eso lo hemos recibido. No se trata de aleccionarte sobre una fe ciega sino de compartir el gozo que se experimenta al confiar plenamente en aquel que nos ha amado desde antes que naciéramos. De eso quiero hablarte, de una fe que fluye naturalmente como un río en el que puedes sumergite para que sus aguas te refresquen y revitalicen, del potencial de tu fe: el poder que puedes detonar al entregar tu potencial de fe a Dios.
¡No hablo de religión! Es más, quiero alejarme de los estereotipos religiosos y acercarme a tu vida. Ser personas de fe no se trata de afirmar una y otra vez que creemos en Dios, o golpearnos el pecho arrepentidos y temerosos del castigo divino, ser personas de fe significa demostrarlo en cada paso, incluso en las áreas más sencillas y elementales, porque la fe en Dios debe sustentarte en absolutamente todo. Así que iniciemos con el descubrimiento de lo que significa vivir por fe. Te aseguro que darás testimonio de una nueva etapa de milagros. ¡Vive por fe!
El pastor Carlos Luna, conocido en su familia como «Cash», ya que de niño no podía pronunciar su nombre, se licenció cum laude en Administración de Sistemas de Información, en la Universidad Francisco Marroquín en la ciudad de Guatemala y en el año 2002 se graduó como doctor en Ministerios Pastorales en la Universidad Cristiana de California. Se dedicó a los negocios hasta que Dios lo llamó a servirle. En 1994 el Señor Jesús lo llamó a pastorear la iglesia Casa de Dios junto con su esposa Sonia. Después de experimentar la gloria de Dios un domingo en la noche durante uno de sus servicios nació un mover poderoso del Espíritu Santo llamado Noches de Gloria, cruzadas de sanidad y milagros que realiza en distintos países de América. Hoy Casa de Dios es una iglesia reconocida en Guatemala, con más de veinte mil miembros activos, organizada a través de grupos pequeños en casas, y se le ha denominado «El modelo de Jesús». Además preside el Banco de Alimentos, el cual reparte a cientos de personas.