Dulcie Maddox había ido a Venecia a trabajar, pero una vez allí no quería más que estar junto a aquel alto y guapo gondolero...
Guido Calvani no era gondolero, en realidad era uno de los aristócratas más ricos de Venecia. Pero no se lo había contado a Dulcie porque resultaba reconfortante que alguien lo quisiera por sí mismo y no por su dinero. El problema surgió cuando se enamoró de ella y quiso convertirla en su esposa. Claro que lo que Guido no sabía era que él no era el único que tenía un secreto... Y lo que ocultaba Dulcie puso todo su mundo patas arriba.