Immanuel Kant publicó en 1764 este tratado sobre el concepto de lo sublime, la agitación del espíritu, en contraposición a lo bello, la tranquila contemplación de un acto reposado. Insignia del Romanticismo alemán del siglo XVIII, va más allá de la estética, y nos habla de moral, psicología, o la descripción de los caracteres individuales y nacionales. Todo ello en un estilo fácil y cómodo, poco habitual en la obra de Kant, lleno de ingenio y alegría.