Más de 50.000 copias impresas en dos ediciones anteriores de este libro, incluido el volumen I, reflejan la aceptación de los lectores a la investigación académica que demuestra la progresiva inmersión de las Farc en el narcotráfico, así como las consecuencias políticas, sociales y económicas —in-ternas y externas— que trajo consigo dicho fenómeno para Colombia dentro del hemisferio occidental.
El Cartel de las Farc resume la conversión de las guerrillas comunistas colombianas en movimientos narcoterroristas, integrantes de la cadena internacional del terror, que agrede la estabilidad institucional en la nación suramericana e incrementa la cadena de zozobra, articulada por los narcotraficantes y los comerciantes ilegales de armas.
La obra desvela la prolongada indiferencia de la dirigencia política colombiana frente al complejo conflicto armado, el desconocimiento generalizado de la estrategia integral y el objetivo final de las guerrillas; la proyección estratégica del movimiento clandestino Bolivariano de las Farc, cofinanciado por el gobierno venezolano e instigado por la dictadura cubana.
De la misma manera, describe los alcances sub-versivos del narcoterrorismo y la dinámica desestabili-zadora de sus planes; al igual que la responsabilidad total de las Farc en el nacimiento y crecimiento de las autodefensas ilegales, dirigidas por los hermanos Castaño Gil.
La diferencia de las Farc con los demás carteles del narcotráfico, es la sólida y disciplinada estructura je-rárquica, fundamentada en la tesis guía del marxismo-leninismo.
Las Farc son una organización terrorista, con un componente armado piramidal, que actúa en diferentes puntos de la geografía nacional e internacional circunvecina, con capacidad bélica de confrontar contra las Fuerzas Militares, afectar la institucionalidad legítima y poner en riesgo la estabilidad de la región andina.
Con excepción del cartel de Medellín de los años ochenta y noventa dirigido por Pablo Escobar, que pretendía ganar posicionamiento político por medio del narcoterrorismo, y de las Farc que pretenden la toma violenta del gobierno central, los de-más carteles colombianos de las drogas incluidas las actuales autodefensas ilegales, están integrados por grupos disímiles con aspiraciones económicas particulares y capacidad de inundar los mercados legales con dineros ilícitos.
Mientras que las Farc pretenden suplantar el orden vigente, al estilo del cartel de Medellín y en forma parcial el de Cali que ubicó hasta un presidente de la re-pública, los demás narcotraficantes intentan convivir dentro del sistema sin ser afectados por la justicia. Sus acciones violentas son aisladas y no dependen de un plan estratégico a largo plazo como el de los guerrilleros. Pronto los jefes de las autodefensas ilegales comprendieron la importancia del narcotráfico en las finanzas de la guerra, y por ende, acudieron al mismo método.
La guerra a muerte entre las dos facciones irregulares armadas, llevó a tal nivel la degradación del conflicto, que la sangrienta disputa pasó a segundo plano el cariz ideológico de cada grupo, dada la necesidad de dominar amplios espacios geopolíticos y controlar los mercados de la cocaína.
Más que un campanazo de alerta o una adverten-cia, el libro El cartel de las Farc, es un compendio analí-tico y sincronizado de un fenómeno latente, que muchos afectados desconocen o quieren desconocer. La cercanía ideológica de las Farc con el lenguaraz presidente venezolano Hugo Chávez, apropiado de una chequera abultada de petrodólares y ansioso de a-poyar todo tipo de actividades contrarias a los Estados Unidos por medio del Congreso Bolivariano de los Pueblos, es un ingrediente más que enreda el asunto y genera serias expectativas.
En síntesis el narcoterrorismo ejecutado por las Farc, copiado autodefensas ilegales, es problema para naciones vecinas, por países consumidores de cocaína, y por sociedades afectadas por lavado de activos y tráfico ilegal de armas, problema cuya solución incluye acciones políticas, sociaales, militares y económicas.