Cuando vemos a un brillante jugador de fútbol marcar un gol aparentemente imposible desde el centro del campo, o cuando vemos a fanáticos enojados peleando en las calles después de un partido, es difícil creer que tanto los atletas profesionales como los fanáticos alborotadores tengan un cerebro similar al del resto de nosotros.
Ya sea la final de la Copa del Mundo o un enfrentamiento entre vecinos en el parque local, hay algo en los deportes que saca lo mejor y lo peor de nosotros.
Al observar el mundo de los deportes, podemos aprender mucho sobre el comportamiento humano en general.