En un gran retablo aparecen aquí, en torno a la sugestiva figura de una muchacha, todos los tipos sociales del Santander de mediados de siglo y, sobre todo, con gran relieve, los rudos mareantes de sus costas. Sin duda, la mentalidad actual está muy distante del cerrado conservadurismo perediano que lamenta el fin de la raza avasallada por lo moderno.