El rufián dichoso, que supuso, por el tema, un rufián que acaba enterrado en olor de santidad, el mayor desafío dramático al que Cervantes hubo de enfrentarse. Basada en la edición príncipe de 1615, en la presente se han actualizado grafía y ortografía, pero se han respetado los rasgos propios de la lengua clásica: vacilaciones vocálicas, concordancias anómalas, regímenes preposicionales, registros de germanía. Las notas tratan de las cuestiones más diversas: textuales, léxicas, costumbristas, históricas y sólo persiguen clarificar el texto.