La gran novela de misterio que alumbra el género policiaco moderno.
Traducción de Horacio Laurora
La Piedra Lunar, valiosa joya robada de un santuario hindú y de la que se cuentan toda clase de leyendas maléficas, llega a las manos de Raquel Verinder, heredera de un lord inglés, como regalo de cumpleaños. Sin embargo, después de la cena de celebración la gema desaparece.
El sargento Cuff será el encargado de desentrañar una verdad que permanece oculta tras las diferentes versiones de los hechos que ofrece cada uno de los personajes implicados.
Horacio Laurora vierte fielmente a nuestra lengua una obra que, según T. S. Eliot, es «la primera, la más larga y la mejor de las novelas detectivescas inglesas modernas».
Wilkie Collins nació en Londres en 1824 y murió en esa misma ciudad en 1889. Hijo del pintor paisajista William Collins, cursó estudios de derecho antes de dedicarse de lleno al oficio de escritor. En 1848 publicó una semblanza sobre la figura de su padre y, dos años más tarde, aparecía su primera novela, Antonina o la caída de Roma. Mantuvo una gran amistad con Charles Dickens, con quien colaboró en la novela El abismo, y trabajó largo tiempo en la búsqueda de formas narrativas renovadoras. Fruto de este esfuerzo literario son sus dos obras fundamentales: La dama de blanco (1859-1860) y La Piedra lunar (1868). Maestro de la narrativa inglesa, su obra ha tenido admiradores y seguidores tan cualificados como Henry James, T.S. Eliot o Jorge Luis Borges.