Publicada en 1929, “Fouché, el genio tenebroso”, es una de las mayores obras maestras de Stefan Zweig. Una obra apasionante e hipnótica, que no deja indiferente a nadie. Joseph Fouché (17591820) fue uno de los personajes más controvertidos de la Revolución Francesa. Hipócrita, tenebroso y maquiavélico, votó a favor de la muerte de Luis XVI y María Antonieta y fue responsable de sangrientas represalias. Luego, sintiéndose amenazado por Robespierre, participó activamente en la conspiración termidoriana. En julio de 1799 pasó a ser Ministro de Policía del Directorio y se convirtió, sin que su cooperación hubiese sido solicitada, en cómplice activo del 18 Brumario. Napoleón le conservó en su puesto de Ministro de la Policía, le nombró luego senador y, posteriormente, Duque de Otranto. Tras la segunda abdicación de Napoleón trabajó con éxito a fin de conseguir el retorno de Luis XVIII, quien lo mantuvo en las funciones de ministro. Posteriormente, perseguido como regicida, se retiró a Trieste, donde moriría. Con una magistral capacidad de análisis y su habitual y deslumbrante talento para recrear atmósferas y espacios del pasado, Zweig traza el retrato psicológico de este traidor de nacimiento, un ser cínico, sibilino, intrigante, dueño de una escurridiza naturaleza de reptil, tránsfuga profesional, abyecto y amoral. Napoleón escribió en sus memorias:“si la traición tuviese un nombre sería el de Fouché”.