A nadie le gusta sentirse ansioso.
Es un sentimiento imposible de ignorar; es angustioso e incluso puede ser debilitante.
Pero en cierto modo, la ansiedad también actúa como una buena amiga. Nos dice algo, tal vez algo que no queremos escuchar, pero no obstante algo importante.
Nos alerta sobre las posibles consecuencias de nuestras acciones, resultados que podrían ocurrir en un futuro incierto.
No nos malinterprete: la ansiedad no es algo que deba glorificar, buscar o depender.
En su lugar, simplemente debe crear una nueva mentalidad a su alrededor, una en la que explore la ansiedad, aprenda de ella y la use para su beneficio.