La infancia recuperada es un conjuro literario para evocar la huella gozosa dejada en la memoria del escritor por los relatos que animaron su adolescencia y primera juventud. Un proyecto que Fernando Savater continuaría desarrollando más adelante en Criaturas del aire. Porque las hermosas historias inventadas por Robert L. Stevenson, Julio Verne, Zane Grey, Jack London, H.G. Wells, Karl May y Conan Doyle, las heroicas hazañas de Sandokan o las divertidas aventuras de Guillermo Brown forman parte de un universo mítico situado por encima de las modas y de las edades.
En el prólogo que escribiera en su día para la edición de bolsillo (aparecida diez años después de su publicación original), Fernando Savater explica los motivos que le impulsaron a escribir esta obra «sobre el amor a los libros y sobre la fuerza absorta de leer» y aclara algunos malentendidos en torno a sus propósitos.
« Es descabellado suponer que mientras haya gente afectada por esta maldición del ansia insaciable de cuentos, incapaces de considerar la sabiduría o el amor fuera del prisma de lo narrativo, inútiles para otra perspectiva de la acción que no sea el punto de vista del héroe, es descabellado suponer que mientras haya enfermos incurables del mito, como lo soy yo, las historias perdurarán aunque se hunda la literatura y la cultura toda que conocemos?»
Fernando Savater
Fernando Savater nació en San Sebastián en 1947 y estudió Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid. Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, fue apartado de la docencia en 1971 por razones políticas, y posteriormente retomó la actividad en la UNED.
Desde 1984 fue catedrático de Ética en la Universidad del País Vasco, y hasta su jubilación estuvo a cargo de la cátedra de Filosofía y Literatura en la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado ensayos de filosofía y literatura, novelas y piezas teatrales. Entre su numerosa obra, traducida a más de veinte lenguas, podemos mencionar Ética para Amador, Política para Amador, Las preguntas de la vida y La vida eterna, y sus novelas La hermandad de la buena suerte (Premio Planeta) y Los invitados de la princessa (Premio Primavera).
Es doctor honoris causa por diversas universidades hispanoamericanas y europeas. Está en posesión de la Orden del Mérito Constitucional.