"Estuviste magnífico, bebé", dijo ella, besándolo profundamente en los labios. Él apretó su cintura, acercándola a su gran cuerpo. Sus mejillas se pusieron rojas ante su elogio y supe entonces que ella había tenido razón sobre él. Realmente era un chico dulce y modesto. Y obviamente la amaba.
"Gracias, amor", murmuró antes de devolverle el beso.
El hombre de cabello oscuro se aclaró la garganta. Mickey le sonrió. Amber le rodeó el cuello con los brazos y lo abrazó con fuerza. "Estuviste fantástico también, Cas. Como de costumbre."
Deslizó sus brazos alrededor de su cintura, levantándola del suelo. Sus ojos se encontraron con los míos por encima de su hombro y yo le devolví la mirada, deseando que fuera a mí a quien sostenía así. Aparté la mirada de ellos y él la dejó ir, retrocediendo. Amber se volvió ...