Aunque la pasión y la ternura habían surgido entre ellos de forma instantánea, sabía que era totalmente imposible que Anna empezara a formar parte de su familia. Por mucho que quisiera a sus hijos, Adam estaba seguro de que, como cualquier mujer, ella tarde o temprano querría tener los suyos propios y acabaría abandonándolo. Creía que nunca podría darle lo que ella necesitaba, sin embargo Anna sabía que estaba completamente equivocado...