Somos Pulsera en el tobillo, ella y él, una pareja que tiene más de 15 años aventurándose en clubes, moteles, los asientos de un automóvil, cines, parques, callejones y cualquier lugar que se preste para tener sexo. Compartimos nuestros cuerpos y nuestra pasión sexual con amigos y desconocidos, realizando fantasías y proponiendo complicidades. Pero el amor de pareja, el cuidado de una familia, el soporte mutuo lo reservamos entre y para nosotros. Somos swingers.
Desde que iniciamos en los intercambios de pareja y tríos, nos encantaba escuchar las historias sexuales de la otra pareja swinger o de aquel hombre que nos había agradado y se proponía como el tercer integrante en nuestra cama. Y cuando asistíamos a reuniones de casa o de club swinger éramos los últimos en retirarnos, y no por insaciables, sino para escuchar las anécdotas de los asistentes. Al cabo de unos años recopilamos decenas de historias de nuestros amigos; y también propias. Nos convencimos que las experiencias extraordinarias deberían divulgarse; un orgasmo que no es igual al resto tiene una historia que contar.
En nuestros blogs, redes sociales y páginas de temática swinger escribimos relatos de intercambios de parejas, de tríos con el compadre, con el mejor amigo, con el primo, con la mejor amiga de la esposa; de maridos que disfrutan que sus parejas salgan solas y tengan sexo con otros hombres mientras ellos permanecen fieles y en casa, esperándolas; de parejas que prefieren los tríos hombre-mujer-hombre; de hombres que disfrutan mirar a su pareja con otra persona; de mujeres que se visten muy sensuales y les gusta ser admiradas; de seducción directa y escondida.
Después escribimos en plataformas de relatos eróticos con la buena fortuna de superar las 100 000 lecturas; pero teníamos la inquietud de escribir relatos más extensos y cachondos; el cómo y el porqué de ese orgasmo diferente; el erotismo latente y cómo algo detona la búsqueda de una experiencia que llena no una noche, sino una vida.
Así nació Relatos Eróticos Swinger .
Y dejamos las redes sociales para entrar en las librerías digitales; estamos en camino de las librerías físicas y con empeño y algo de suerte, una serie en televisión o internet.
Nosotros no escribimos porno, escribimos erótica: usamos los recursos físicos, psicológicos y sociales que dispone una persona para compartirse sexualmente con otra u otras.