Todos los días te relacionas con numerosas personas en multitud de circunstancias diferentes.
Compras una barra de pan en una panadería cercana; habla con sus hijos sobre cómo realizar las tareas del hogar; habla con su empleador sobre su última asignación de trabajo.
Sin que usted lo sepa, cada uno de estos contactos constituye una especie de trato. La negociación no se limita a comprar una casa o un artículo pequeño en un mercadillo, sino que es algo cotidiano.
Todo encuentro humano es realmente una negociación; Es crucial adquirir las habilidades necesarias para maximizar los beneficios de estas interacciones.
¿Qué similitudes hay entre comprar un artículo pequeño en un mercadillo y vender una empresa por millones de dólares? Ambas situaciones implican el proceso de negociación.
De hecho, cada uno de tus contactos diarios implica un cierto grado de negociación, aunque no seas consciente de ello.